Viernes, 21 de marzo de 2014, una fecha inolvidable para todos los que, rendidos y emocionados, tuvimos la fortuna de asistir al concierto acústico de Ana Bella López Biedma en el Chocolat Lounge Bar de Alcorcón. Algo así como un pequeño milagro, una emoción intensa que empezó de puntillas, casi sin permiso, para acabar inundándonos a todos, nos mostró todas las luces, todos los matices de una voz única, personal y dulcísima, que se ha hecho grande, que ya no teme, que se da por completo. Tras una primera parte íntima, a piel desnuda, y acompañada después por Magerit Soul, Ana Bella vibró y nos hizo vibrar a todos, saborear todos y cada uno de los temas al filo de la luz y del instante. Y allí estábamos nosotros, aunque avisados no menos sorprendidos, entregados a la revelación, testigos del deslumbramiento, del embrujo, para dar fe de su capacidad de encender hogueras en cada corazón, en cada lágrima. Porque la voz de Ana Bella hiere limpiamente y rinde las defensas amanecida y dúctil, directa al abrigo de la sangre. Y llaga y cauteriza y nos arrastra.
"Soy todas las mujeres y soy una" - escribe. Quien ha podido escucharla en directo, con la emoción en llamas y el temblor en asedio, sabe que no miente. El viernes lo demostró con creces.
Ana Garrido
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